Lavand en el video engancha al observador mediante el juego ilusorio que realiza con una taza y tres bolitas, a las que se refiere como migas de pan. También mediante sus historias reflexivas. A medida que narra, cambia de ritmo, lo que le da hace que se genere mayor interés en sus historias.
Dolina en cambio, es más cómico en su forma de narrar y engancha al lector mediante sus acotaciones humorísticas.
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