domingo, 31 de mayo de 2020

Sueño de un viaje familiar - Diario de Escritora

Viajaba a Turquía para impedir un plan malvado  del gobierno chino. Cuando llegué me encontré en una especie de fábrica donde me di cuenta de que si no me camuflaba me iban a descubrir, entonces achiné los ojos para parecerme a uno de ellos. Todo resultó bien porque pude observar con tranquilidad las fabulosas máquinas que construían y los experimentos que realizaban.
Al salir de allí iba a un restaurante, que estaba al lado, el cual no era la gran cosa, se encontraba justo en frente de un patio de comidas inmenso, que al instante yo desee conocer, pero no pude porque ya habíamos pedido la comida, no recuerdo bien con quién estaba, si era mi mamá, mi hermana o una amiga. 
Al día siguiente me pasó exactamente lo mismo y eso que yo me moría de ganas de conocerlo. Ahí estaba, con mi hermana, en el restaurante aburrido a comparación con la magnitud de enfrente, pero de repente apareció mi novio y me llevó a algo que era como el “centro” de la ciudad, donde había muchas tiendas de tela y se hacía un gran desfile. 
En una tienda en la que entramos se encontraban unos cuantos conocidos y nos atendió la moza, creo que era alemana, del restaurante. Nos dijo que había sobrado mucha comida y el vino, debido a nuestra repentina huida. Yo sugerí que traiga el vino, porque no tenía hambre. Lo iba a traer en copas, pero en cuanto ofrecí al resto nadie quería, solo yo. Entonces le dije que me traiga la botella, la cual tenía forma de auto y era muy bonita, pero una amiga que se encontraba dentro de la carpa la quebró al medio, a propósito, no sé la razón. 
Salí de esa carpa con mi novio para ver el desfile. Allí comencé a encontrarme con mucha gente del pueblo, por todos lados. Donde mirara había alguien, familias enteras incluso, mezcladas entre una multitud de turcos. 
Creo que es como algo usual, no era la primera vez que me ocurría, ni tampoco soy la única a la que le pasa, he escuchado muchas anécdotas sobre el tema: donde vayas, ya sea a 10 o 1000 kilómetros, a algún conocido te vas a encontrar.

"Del cuento breve y sus alrededores"- Nota de lectura

Leí "Del cuento breve y sus alrededores", de Julio Cortázar. En mi caso, me sentí muy identificada con la manera de escribir de la cual habla. La forma en la que un cuento aparece en la cabeza como una idea ya hecha, una idea clara, pero borrosa, una masa sin sentido, que dan ganas de escribir cuanto antes para que no se borre de la cabeza. La sensación de que uno se va enterando de lo que pasa en la historia a medida de que la va escribiendo, sin saber el final. También cuando habla de que escribir es exorcizar, rechazar criaturas invasoras a través de la escritura. 

martes, 26 de mayo de 2020

Creyendo en el "futuro"

Será un sábado. Un día como cualquier otro, te levantarás, como no podrás abrir bien los ojos, caminarás hacia el baño, abrirás la canilla y sentirás como el agua, helada porque aún hace frío, te empapará la cara, ayudándote a observar con mayor claridad. De pronto, alzarás la cabeza, y ahí estará, en el espejo, esa misma imagen desalineada de todas las mañanas que te esforzaras por embellecer, como siempre. Pero notarás algo distinto, ahí en la punta, el espejo estará roto, un golpe pequeño, como aquellos que se les hacen a los vidrios frontales de los autos en la ruta cuando un camión levanta una piedra y da contra ellos, ese golpe que, aunque chico, molesta, pues de el desprende una rajadura miniatura que con cada segundo se va ampliando, hasta volverse inmensa y no dejarte ver con claridad. Pero aquello te desconcertará, allí no hay camiones, ni piedras...
Saldrás deprisa, no solo obstruirá tu visión, sino que las supersticiones te consumirán la cabeza. Pedirás el ascensor, aquel que siempre al subir parece que va a caer, se escucharan las correas moverse y tu te impacientaras, porque oirás que se cierra una puerta desde la otra punta del pasillo. Los pasos de tu vecina, lentos como siempre, uno por uno, como cuidadosos. No querrás esperar a nadie, pero la ética y la moral te lo impedirán. Luego de unos segundos, eternos para ti, preguntarás amablemente: ¿Baja?; a lo que la señora asentirá. Ese es el momento de la charla: clima, el tema de la mañana del noticiero y, por último, decisivo para ti, ella sacará su celular del bolsillo.. "No sabe cómo leer un mensaje, me pedirá que se lo explique", pensarás con tu nervio constante. Pero, de pronto vibra el suelo, es planta baja. Abrirás la puerta de prisa, sin quedar mal con ella, la harás pasar generosamente, un saludo, cerrarás, y cada cual continuará su camino.
Te encontrarás marchando velozmente, pensando en cómo pudo haberse roto, no encontrarás una explicación lógica. Entonces vas a llegar, ahí estará, esa enorme mueblaría que siempre has de observar desde afuera, pero hasta ese momento no habías tenido oportunidad de entrar. Un paso amagando a abrir la puerta, cuando delante tuyo cruzará un perro negro, sin dueño, nadie estará allí con él. De nuevo todas las supersticiones invadirán tu cabeza, es un gato negro, pero... ¿será el perro del mismo color una señal?
Sin darle más vueltas al asunto entrarás, enorme, te encandilará la belleza y el lujo de allí dentro. No te distraerás, irás directamente a la sección de espejos, miles y miles, uno al lado del otro. Te distraerás mientras te pones a observar uno por uno, detalladamente, te entretendrás, como un niño en en una juguetearía que solo puede elegir un juguete... pero cual? Si te gustarán todos. 
Tu concentración es tal que, de repente te asustarás con el roce de una mano por tu espalda. Será un hombre de traje y con gel en el cabello:
-¿En qué puedo ayudarle?

Tartamudearás al principio por el susto:
-Ehhh ehh si si yo, eh que quería saber, ehhh... ¿cuánto cuesta aquel?
Él sacará una carpeta negra, como de cuero, con folios y se fijará el precio:
-$1000.
Te decidirás rápidamente, pagarás y volverás a tu querido hogar. Llegarás, tolerarás nuevamente el ascensor, pero ya con otra actitud, se sentirá el alivio. Entrarás a tu casa...¿y ese vapor?.. vendrá del baño. No habrá nada prendido, ni una sola canilla. Mirarás al espejo, estará empañado...¿y eso?.. una especie de jeroglífico, ¿será una lechuza?
...
-¿Y?... ¿Qué sigue?
-Ya lo descubrirás. Son $200.
-Bueno, gracias. Adiós.
-Adiós. ¡El siguiente por favor!... Será un sábado.

lunes, 25 de mayo de 2020

Subjuntivo

Leí el cuento "Subjuntivo", de Juan Sasturain. El relato comienza con un narrador en primera persona, que en principio crea el efecto de estar conversando con el lector. A medida que avanza el relato imaginé que hablaba de una situación hipotética, me hizo sentir que yo perdía la memoria y he iba sintiendo todas las sensaciones descritas, por la forma en que está relatado. 
Desde el comienzo se puede ver, pero queda más claro en el momento en que aparece Subjuntivo, que se trata de la historia de una persona que perdió la memoria y todo lo que le va ocurriendo. Cuando aparece este personaje mi primera impresión fue que era un médico, psicólogo, o especialista, que trataba al personaje para que recuperara su memoria, pero en un ámbito clínico. Sin embargo, constantemente en el relato aparece la imagen del tatuaje de un dragón, que es un interrogante tanto para el personaje como para el lector. 
Este interrogante se resuelve al final, donde sale a la luz el segundo relato, el relato oculto, donde se deja ver, o al menos lo que yo vi, que en realidad se trata de dos especies de bandas de mafiosos o pandillas que estaban enfrentadas, que el hombre que perdió la memoria era parte de una de ellas y había asesinado a dos miembros de la rival, la de los dragones. Subjuntivo, a mi parecer, era el líder de la pandilla de los tatuajes de dragón y quería vengarse de el asesino, pero quería que sepa la razón por la cual lo iba a matar, y debido a que en el transcurso desde que se escapó hasta que lo encontraron había perdido la memoria, le hicieron revivir situaciones de goce, una forma de sentir de nuevo los placeres de la vida, y también reconstruyeron en su memoria la escena del crimen, para que realmente se sienta culpable por sus acciones.
También el final deja ver que en realidad Subjuntivo es quien está contando la historia, y a quien se la cuenta es al protagonista. El título también tiene un doble significado, ya que no solo el personaje se llama Subjuntivo, sino que es también el tiempo verbal en el cual se relata la historia.

domingo, 24 de mayo de 2020

"Diario de escritora"

Sábado 16/5:
Hoy me levanté, no me costó tanto como otros días, pues el frío seco diario había desaparecido. Me cambié y bajé la escalera, ansiosa por sentarme a desayunar. Abrí la puerta de la cocina, ahí estaban, maullando, esperándome impacientes mis tres gatos; pensé que querían comer, pero sus platos estaban llenos, por lo que proseguí a preparar el desayuno. Saqué un pan del freezer, lo metí en la tostadora, dos veces para que se descongele y se tueste bien. Mientras puse a calentar agua en la pava, tomé el frasco de café y eché tres cucharadas a mi taza, tal vez parezca mucho, pero la taza es grande. Con la misma cuchara metí una pizca de agua y lo batí. Una vez batido, puse queso, dulce y dos cuchillos en la mesa del comedor. Volví a la cocina, haché el agua despacio en la taza para que el café no pierda la espuma, saqué el pan, lo corté a la mitad, y me senté tranquila en la mesa a desayunar.

Domingo 17/5:
Hoy me levanté a las ocho, se podía ver por la ventana de mi habitación que el día estaba hermoso. Me cambié y bajé las escaleras. De nuevo estaba sola, nadie se había despertado aún. Cuando abrí la puerta de la cocina esta vez me encontré con mis cinco mascotas, suelen dormir adentro por que las noches suelen ser muy frías en invierno, pero me sorprendió esta vez porque el día estaba lindo. Le dí comida a mis gatos y saqué al patio a mis perras que no aguantaban más estar adentro. Saqué el pan del freezer, ese pan árabe, casero de mi vieja, que tan rico es, y lo metí a la tostadora. Cuando fui a poner la primer cucharada de café a la taza escuché que uno de mis gatos, el mayor, maullaba; ya había comido y quería salir. Dejé lo que estaba haciendo y fui al lavadero a abrirle, pero en el instante en el que abrí la puerta que da al patio, mi gato gruñe. Levanto la vista y lo veo, era uno de mis gatos mas chicos, mi gato más grande no se aguanta mucho a los dos chiquitos por así decirlo, el mayor maulló, fuerte, cual gato enojado y salió corriendo hacia adentro. Mientras tanto, el gatito salió y yo volví a mi actividad. Ya no había más café en el frasco, por lo que abrí la alacena y saqué otro saché. Debería haberlo pasado al frasco, pero con lo ocurrido anteriormente, y mi poca paciencia antes de ingerir el desayuno, simplemente eché las dos cucharadas restantes y lo batí. En eso bajá mi mamá, asustada por tanto griterío gatuno, al verme, se tranquiliza. Yo puse lo de siempre arriba de la mesa, eché el agua al café, las tostadas en un pequeño plato y al fin me senté a disfrutar mi desayuno.

Martes 19/5:
"PUM" se escuchó, tembló toda la casa, las ventanas de las otras dos piezas abriéndose de par en par para presenciar terrible espectáculo y el ruido de la sierra a todo lo que da. Medio dormida, medio asustada, extendí la mano hacia la mesa de luz y tomé el celular. Ocho menos cuarto... trato de cerrar los ojos nuevamente. No se detenía, un ruido muy molesto.."está lejos", pensé, "ya va a parar", pero continuaba y en la casa cada vez se acrecentaba el movimiento debido a semejante acontecimiento en la calle. Me vi casi obligada a, al fin, levantarme de la cama. Una lástima, un árbol con tanta historia.. Desde que yo vivo aquí, hace 15 años, estaba allí, de hecho, muchísimos años antes. Era inmenso, le daba color, vida, reparo a la cuadra; aunque sí, hay que reconocerlo, era peligroso. Años atrás tenía un compañero, uno idéntico, ubicado paralelamente a él, formaban como un arco en la entrada de la casa, pero una tormenta ya había podido contra él años antes y unas cuantas venían debilitando al caído hoy. En fin, luego de observarlo desplomado en la calle, bajé. Como es habitual, saqué un pan del freezer. Mi mamá estaba en la cocina, entonces, mientras yo batía el café, charlamos un rato sobre lo ocurrido. Después ella se fue, saqué las tostadas, puse la mesa, el agua en el café y me senté a desayunar.

Jueves 21/5:
8.10 A.M....pero ¿como? ¿y ese sonido? Si yo ayer me acosté tarde...imposible que haya puesto una alarma...¡Dios, no para!, bueno dale cerrá los ojos y dormite que ya va a pasar. Pero el horrible sonido, ruido diría yo, no para y sigue, y sigue... Bueno ya fue, me levanto. Me empiezo a cambiar y voy hasta la habitación de mi hermana que continuaba, y continuó, descansando tranquilamente. En menos de un segundo, el ruido se esfuma. Bajo, con el peor humor habido y por haber, lo único que pienso ahora es en desayunar. Saco dos panes de una bolsa y los meto a la tostadora, en cuestión de segundos, en modo casi automático, ya había preparado el café y llevado un queso y una mermelada a la mesa. Saltan las tostadas, las pongo en un plato, las llevo a una mesa conmigo y me siento...¿tendrán el poder "Friends" y un buen desayuno de cambiarme el humor?

martes, 12 de mayo de 2020

Nuevas tesis sobre el cuento

Para escribirlas, Pigla se inspira en Borges y en su particular manera de cerrar sus historias: siempre con ambigüedad, pero a la vez siempre con un eficaz efecto de clausura y de inevitable sorpresa. Hay un juego entre la vacilación del comienzo y la certeza del fin. 
Los finales son formas de hallarle sentido a la experiencia. El final pone en primer plano los problemas de la expectativa y nos enfrenta con la presencia del que espera el relato.
Hay un resto de la tradición oral en ese juego con un interlocutor implícito; la situación de enunciación persiste cifrada y es el final el que revela su existencia. En la silueta inestable de un oyente, perdido y fuera de lugar en la fijeza de la escritura, se encierra el misterio de la forma.
Borges gira sobre un doble vínculo: Oír un relato que se pueda escribir, escribir un relato que se pueda contar en voz alta. En ese punto, se opone a la novela.
La presencia del que escucha el relato es una suerte de extraño arcaísmo, pero el cuento como forma ha sobrevivido porque tuvo en cuenta esa figura que viene del pasado. Su lugar cambia en cada relato pero no cambia su función: está ahí para asegurar que la historia parezca al principio levemente incomprensible y como hecha de sobreentendidos y de gestos invisibles y oscuros. 
El relato se dirige a un interlocutor perplejo que va siendo perversamente engañado y que termina perdido en una red de hechos inciertos y de palabras ciegas. Su confusión decide la lógica íntima de la ficción. Lo que comprende, en la revelación final, es que la historia que ha intentado descifrar es falsa y que hay otra trama, silenciosa y secreta, que le estaba destinada. El arte de narrar se funda en la lectura equivocada de los signos. El arte de narrar es el arte de la percepción errada y de la distorsión. El relato avanza siguiendo un plan férreo e incomprensible y recién al final surge en el horizonte la visión de una realidad desconocida: el final hace ver un sentido secreto que estaba cifrado y como ausente en la sucesión clara de los hechos. 
Los cuentos de Borges tienen la estructura de un oráculo: hay alguien que está ahí para recibir un relato, pero hasta el final no comprende que esa historia es la suya y que define su destino. 
La literatura trabaja la ilusión de un final sorprendente, que parece llegar cuando nadie lo espera para cortar el circuito infinito de la narración, pero que sin embargo ya existe, invisible, en el corazón de la historia que se cuenta. En el fondo la trama de un relato esconde siempre la esperanza de una epifanía. Se espera algo inesperado y esto es cierto también para el que escribe la historia.
El sentido de un relato tiene la estructura del secreto, está escondido, separado del conjunto de la historia, reservado para el final y en otra parte. No es un enigma, es una figura que se oculta. Hay algo en el final que estaba en el origen y el arte de narrar consiste en postergarlo, mantenerlo en secreto y hacerlo ver cuando nadie lo espera.  Concluir un relato es descubrir el punto de cruce que permite entrar en la otra trama.

lunes, 11 de mayo de 2020

Tres versiones de "La Trampa"



  • Romántico→Lo observaba desde el árbol de enfrente, aquel en el cual solíamos vernos, algo que nos hacía tan felices. Yo no sabía que eso iba a pasar, simplemente había encontrado el libro y sabía lo que significaba para él, pero no quería mirarlo directamente a los ojos. Seguía amándolo, pero él no debía saberlo. De repente, los vi, eran cinco, tal vez seis, pero no tuve tanto coraje como para volver a estar frente a él y, a pesar de que me dolió, no hice nada.
  • Maravilloso→Salió. Vio el libro, ese que el monje le leía cuando apenas comenzaba a tener memoria. No había nadie, pero en cuanto lo abrió, un hombre salió del libro. Era el personaje al que tanto miedo le tenía. Alto, peludo, violeta, tal cual él se lo imaginaba. En sus manos llevaba un arma. Ya estaba todo planeado, y a pesar de que él sabía como defenderse, todos sus temores de la infancia lo paralizaron. Se escuchó un disparo. 
  • Ciencia Ficción→Bajó por el ascensor acuático y observó a través de la cámara que afuera había un e-book, era ese que le leía el monje. Que tiempos aquellos en los que aún se leía y no todo era en formato holograma narrador. De repente, llegaron volando con sus alas, último modelo, tres hombres. Solo pudo distinguir que estaban armados con pistolas de ondas sonoras, cualquiera con una así te podía matar en cuestión de segundos, sin siquiera tener puntería. De los nervios, se desmayó.

sábado, 9 de mayo de 2020

"Funes, el memorioso" - Analizando al narrador y sus dos historias

Leí el cuento "Funes, el memorioso" , de Jorge Luis Borges. El cuento relata el encuentro de un chico porteño con Ireneo Funes, en tres viajes que realiza a la localidad de Fray Bentos. Ireneo Funes luego de un accidente comienza a tener hipermnesia, un síndrome que le permite recordar absolutamente todo. 
Borges relata el cuento como un narrador homodiegético, es decir, como un personaje que participa de la historia como testigo, como representado en aquel porteño que realiza las visitas. Por ello, el texto esta dotado de cierta subjetividad, ya que este narrador no toma mucha distancia de los hechos. Lo narra como si estuviese haciendo una carta de despedida, por la muerte del muchacho, lo que se puede ver al principio del cuento. Por esta rezón, yo creo que la perspectiva de este narrador es focalizada, debido a que posee una cierta reducción del campo de visión, es decir, solo puede contar lo que vivió las tres veces que vio a Ireneo Funes, en sus viajes a Fray Bentos. Se puede distinguir que esta focalización es interna, ya que el relato es contado a partir de los ojos de este personaje, que presencia los encuentros con el memorioso.
Descifrar las dos historias me resultó complicado. Estuve investigando y leyendo algunas páginas. Creo que la historia detrás del relato se refiere a la vida del escritor. Según lo que leí, Borges era muy amigo de un embajador de México, Alfonso Reyes, con el cuál tuvo un trato personal muy breve pero intenso y crítico. Reyes, tenía gran memoria y solía contestar oportunamente con citas literarias.
También hace referencia a algunos aspectos de la vida de Borges como, por ejemplo, que él solía visitar Fray Bentos. 
El cuento también tiene varias reflexiones escondidas. Las dos que más llamaron mi atención fueron por un lado, el hecho de que no por alguien recordar todo de memoria va a saber pensar. Como que el saber todo, impide que una persona piense por sí misma. También, para mi la más impactante, la de como hasta un ser tan extraordinario puede morir de una forma tan absurda, por así decirlo. Yo creo que además, en la forma de relatar su muerte, una sola oración, corta y simple, Borges refleja esto.

martes, 5 de mayo de 2020

"La Trampa" - Cuento breve


Salió. Vio el libro, ese que el monje le leía cuando apenas comenzaba a tener memoria. No había nadie. De repente se escucharon pasos, se sintió observado. Cuando volteó, ya no quedaba nada.

Síntesis - "El Narrador"


La mayoría de las corrientes teóricas reconocen la supremacía del narrador sobre otros elementos del relato. Es el que condiciona y regula la información y decide de qué modo le hará conocer al lector el mundo que se está construyendo en el relato.
Existen distintos tipos de narradores:
  • El “que lo sabe todo”, que conoce los pensamientos de los personajes y lo que ocurrirá en el futuro.
  • El que hará especialmente ostensible su presencia haciéndole saber al lector que domina el discurso, qué él decide cuándo, cómo y qué contar de la historia. 
  • Aquel que puede manifestar que no tiene toda la información y solo está suponiendo algunas de las cosas que narra. 
  • El narrador de muchos relatos modernos que oculta su presencia e intenta alejarse del discurso y de los personajes sin emitir opinión alguna, para que el relato parezca estar narrándose a sí mismo. Le confiere a su discurso mayor objetividad.
  • Si el narrador es el protagonista de la historia, el relato se carga de la subjetividad propia de este personaje, en tanto presenciamos los hechos a través de su interpretación.

La objetividad o subjetividad que tenga el discurso depende básicamente de dos cuestiones:
  • La distancia que tome el narrador frente a los hechos narrados.
  •  La perspectiva que adopte.

Voz y modo:
El sujeto que habla en la narración (voz) no siempre coincide con el sujeto que percibe (modo narrativo).
De acuerdo a quien habla podemos clasificar al narrador como:
  • Autodiegético→si es el protagonista de la historia.
  • Homodiegético→si es un personaje que participa como testigo.
  • Heterodiegético→si no participa de la historia como personaje.

El modo en que se presenta la información depende de:
  • La voz narrativa.
  • La distancia.
  • La perspectiva que tome el narrador.
La focalización: (perspectiva, punto de vista o visión)
Fenómeno que alude al modo en que son presentados los hechos en el marco de un relato. La perspectiva que asuma el narrador determinará en gran medida la historia.
Distintos tipos de focalización:
  • Focalizado→Hay una reducción en el campo de visión. Sinónimo de “filtro informativo”.
  • Focalización cero→El narrador no tiene ninguna restricción y su campo de visión está completamente abierto. No habrá focalización alguna.
  • Focalización interna→Cuando el foco se sitúe en el interior del personaje y el universo narrado se perciba a través de sus ojos.
  • Focalización externa→Se sitúa fuera de cualquier personaje y el narrador solo registra lo perceptible.

La focalización difícilmente se mantiene estable a lo largo de todo un relato. Se puede pasar de una focalización a otra sin que cambie el narrador, lo que repercute directamente sobre la historia. Es uno de los medios más sutiles y eficaces para manipular al lector.