martes, 28 de abril de 2020

"El Hombre Muerto" - Horacio Quiroga

A partir de la lectura de Tesis sobre el cuento, de Ricardo Piglia, decidí leer El Hombre Muerto de Horacio Quiroga, uno de los autores mencionados en el primero.

Este cuento relata como son los últimos minutos de un hombre en un monte, en Misiones, que, por un accidente, comienza a experimentar su muerte. Era un día común, él y su machete acababan de limpiar la quinta calle del bananal y se sentía satisfecho por su trabajo. Con esa satisfacción decide descansar un rato, cuándo un paso en falso lo traslada a su último momento con vida. Sabía dónde se encontraba, la hora, incluso lo que iba a pasar, pues era su rutina, la misma de todos los días. Lo que pasa, hace que comience a observar con más detalle, casi “admirar”, todo lo que diariamente veía. Lo que relata Quiroga es como el hombre se resiste a ese fenómeno inevitable, como unos minutos pueden parecerle una eternidad.
Me llamó la atención como, en tercera persona, describe todo en detalle, y sobre todo como logra la sensación, a momentos, de que es el mismo hombre el que está contando como se siente, “quejándose” y, con ello, logra que realmente se refleje que él no se esperaba lo sucedido. Esto específicamente es lo que me hizo pensar, la reflexión que creo que intenta dar Quiroga, o al menos la que me llegó a mí: como en un instante nuestra vida puede terminar, y que es lo que pensaríamos en ese momento. Todo lo que nos quedó por hacer, o el simple hecho de saber que ya no vamos a volver a vivir esa rutina que no valorábamos.
“La muerte. En el transcurso de la vida se piensa muchas veces en que un día, tras años, meses, semanas y días preparatorios, llegaremos a nuestro turno al umbral de la muerte. Es la ley fatal, aceptada y prevista; tanto, que solemos dejarnos llevar placenteramente por la imaginación a ese momento, supremo entre todos, en que lanzamos el último suspiro.Pero entre el instante actual y esa postrera expiración, ¡qué de sueños, trastornos, esperanzas y dramas presumimos en nuestra vida! ¡Qué nos reserva aún esta existencia llena de vigor, antes de su eliminación del escenario humano!”
- (El hombre muerto, Horacio Quiroga)
También me llamó la atención el final, el desvío de la atención hacia el caballo y la asociación que realiza con el paso hacia la muerte del hombre; y como señala, desde un principio, que el machete que lo mata era de alguna forma “su compañero”, un elemento muy común para él, que tenía muy dominado debido a su uso diario, por lo que al hombre, le resulta aún más inesperado que sea ese elemento el que lo mate.
Por todo lo mencionado antes, el cuento me gustó mucho. Siguiendo la consigna, lo que tomaría prestado para un cuento propio es la idea de qué piensa alguien antes de morir, utilizada de otra forma, pero me resulta interesante cuantas historias se podrían desarrollar a partir de eso.

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